El tema de la gratitud, es un tema controvertido. En teoría es un buen hábito, sin embargo, algo nos frena. A veces escuchamos o leemos algo al respecto y nos parece buena idea, pero en la vida diaria nos parece cursi, nos da vergüenza, o simplemente no le encontramos lugar en lo cotidiano.
Se habla de muchos beneficios, entre ellos paz y satisfacción. Incluso aunque no brindara beneficios el costo en tiempo es ridículamente breve y en lo material con un simple papel bastaría.
Se trata de escribir varios ítems por los que estar agradecidos en un cuaderno, y hacerlo en lo posible diariamente.
¿Pero qué es lo que haría que algo así funcione? Creo que puede responderse de dos formas: la primera es que recoger las cosas buenas del día a día, al llegar la noche, por ejemplo, da una sensación de satisfacción interna ya que se hace un balance mental y se la da más importancia a lo positivo sobre lo negativo.
Lo segundo es que, con el tiempo al tener el compromiso de completar, uno se pone en estado alerta y durante el día, en forma automática, empieza a registrar mentalmente hechos, favores, ayudas, o lo que sea que que nos va sucediendo. Esto hace que nos carguemos de una energía positiva, y que nos fijemos más en lo bueno, en lo positivo desde el comienzo del día.
Esto, sin embargo, es el comienzo. Esta positividad que nos nutre, además se nota y los demás la reciben, en un ida y vuelta que crece.
¿Pero cómo podríamos hacerlo, concretamente?
Simplemente con un cuaderno exclusivo para esto, al final del día marcar la fecha y de 3 a 5 cosas positivas que nos hayan sucedido por las que deberíamos estar agradecidos. Al comienzo del mes, en un momento tranquilo, leeríamos lo escrito durante el mes anterior.
Al mantener el hábito con constancia, empezamos a tener un registro de cosas que vamos viviendo, por ejemplo, que un compañero del trabajo nos ayudó, que un familiar paso a saludarnos y conversó con nosotros, o que determinado proyecto que nos ilusionaba se completó, etc.
Cuando estamos en esos momentos en que vemos todo negro o estemos tristes o decaídos, es inevitable teñir todo con el color de nuestro estado de ánimo. Todo parece un desastre los demás, nosotros, nuestro negocio.
En esos momentos es un tesoro poder recurrir a nuestro cuaderno y comprobar de primera mano, que no todo es ni ha sido negativo, que como mínimo, pero seguramente muchísimo más, un 50% de los que nos pasa es positivo.
Así como al implementar el hábito de registrar lo bueno del día generó una atención diaria hacia las cosas buenas, que merecen ser agradecidos, en momentos de balances o de planificación, también tendrás todo un cuaderno y un registro de meses de cosas positivas por las que crear esperanza y optimismo para lo que vendrá.
Es tan simple de hacer, además de placentero, y de comprobar rápidamente, si realmente funciona, que sería una pena que no lo probemos. Aunque más no sea para decir que no, que la idea era buena pero no funcionaba. Pero seguramente eso no pase. Gracias por leer.